¿Qué es para ti el 1-1-2?
Con motivo de la celebración del Día Europeo del 1-1-2, el próximo 11 de febrero de 2018, la Agencia de Protección Civil de la Junta de Castilla y León organiza el VI Concurso de Dibujo del 1-1-2 de Castilla y León bajo el lema “¿Qué es para ti el 1-1-2?“.
Mediante este concurso, se pretende avanzar en el conocimiento y sensibilización sobre el número único de emergencias europeo 1-1-2, y premiar los dibujos realizados que reflejen con mayor acierto el lema del concurso.
Pueden participar todos los centros educativos ubicados en Castilla y León.
El plazo de presentación de los dibujos concluye el 15 de diciembre de 2017.
A continuación se pueden descargar las bases, la solicitud y la plantilla para el dibujo:
El fuego no avisa. Cuando irrumpe, solo cuenta lo que ya está hecho. Por ello, la aplicación de pintura intumescente no es un simple trámite ni un detalle más en el proyecto constructivo: es un acto de responsabilidad técnica y de seguridad estructural. En este sentido, entender la importancia de las ignifugaciones es fundamental para proteger tanto a personas como bienes materiales, especialmente en estructuras metálicas, madera o incluso hormigón. La pintura intumescente actúa como una defensa pasiva crucial en la resistencia al fuego, manteniendo la integridad de los elementos portantes cuando más se necesita.
La pintura intumescente es un revestimiento especial que, al exponerse a altas temperaturas, experimenta una reacción química que la hace expandirse hasta 100 veces su grosor original. Este fenómeno genera una espuma carbonizada, densa y aislante que frena la transferencia de calor, retardando el colapso estructural provocado por el incendio.
Esta barrera protectora como son las ignifugaciones con pintura no es un lujo, sino una necesidad en entornos industriales, comerciales, logísticos y residenciales que cuenten con estructuras metálicas o elementos combustibles. La correcta aplicación garantiza que, en caso de fuego, la estructura mantenga su capacidad portante y evite consecuencias fatales. La eficiencia del sistema está directamente relacionada con la precisión y técnica aplicada en cada fase del proceso.
Para garantizar la máxima protección, es imprescindible seleccionar el tipo adecuado de pintura intumescente en función del entorno y las condiciones específicas del proyecto:
Elegir erróneamente no solo pone en riesgo la protección, sino que invalida cualquier certificación de resistencia al fuego. Para lograr una resistencia certificada de hasta 90 minutos, es imprescindible usar productos homologados, como la pintura intumescente R90, que garantizan una respuesta efectiva frente a incendios severos.
El secreto para una aplicación eficaz reside en la preparación de la superficie. El acero, la madera o el hormigón deben estar absolutamente limpios y libres de impurezas, polvo, grasa o corrosión. Solo una superficie bien acondicionada asegura una adherencia óptima y una protección duradera.
En estructuras metálicas, la aplicación de una imprimación anticorrosiva compatible es obligatoria para prevenir la oxidación y favorecer la fijación del sistema intumescente. No cumplir con este paso implica comprometer toda la labor posterior y puede invalidar las garantías y normativas vigentes.
La técnica y los instrumentos seleccionados para aplicar la pintura intumescente varían según la superficie y el alcance del proyecto:
Más allá del método, la clave está en medir con precisión el espesor de capa seca (DFT). Una capa insuficiente puede dejar la estructura vulnerable, mientras que un exceso puede generar problemas de adherencia o acabado. Solo el cumplimiento exacto de las especificaciones técnicas garantiza la eficacia del sistema.
Para que la aplicación de la pintura intumescente sea infalible, es imprescindible seguir un protocolo riguroso:
Además, conviene mantenerse informado y actualizado sobre normativas y prácticas, consultando recursos especializados como el blog de contra incendios, que ofrecen guías y recomendaciones actualizadas.
Las condiciones ambientales juegan un papel decisivo en la calidad final:
Una correcta aplicación no es un cheque en blanco para el olvido. La pintura intumescente requiere inspecciones periódicas para detectar desconchones, burbujas o deterioros causados por la humedad o el desgaste. Ante cualquier daño, la reparación debe ser inmediata y realizada por profesionales cualificados.
Es recomendable planificar un mantenimiento periódico y llevar un control documental exhaustivo del estado del revestimiento para cumplir con la legislación vigente y garantizar la seguridad estructural ante cualquier eventualidad.
Aplicar pintura intumescente no es un mero detalle estético ni una elección secundaria. Es una obligación técnica y legal que salva vidas y protege infraestructuras. Cada paso mal ejecutado puede suponer la diferencia entre la seguridad y la catástrofe. Por ello, la aplicación debe hacerse con rigor, conocimiento y respeto absoluto a los estándares establecidos.
La ignifugación con pintura intumescente es la garantía silenciosa de que, cuando el fuego llame a la puerta, la estructura estará preparada para resistir y proteger lo más valioso: la vida humana y la integridad del edificio.